A Lorenzo Antonio le da tiempo de auditar al Ayuntamiento de Veracruz
Lic. Felipe Mendiola Parra
Muchas veces las noticias de corrupción se conocen a través de los medios de comunicación, no precisamente por la transparencia que debiera existir en todas las dependencias gubernamentales, o a través del informe que también debiera rendir el Órgano de Fiscalización Superior.
Fue así como se supo de las empresas fantasmas, de los desvíos que cometen algunos alcaldes, del sub ejercicio del Ayuntamiento de Xalapa y ahora nos enteramos de que el alcalde panista de Veracruz, Fernando Yunes Márquez, de un plumazo contrata a doscientas personas a las que les pagará en conjunto cerca de mil millones de pesos.
No estaba presupuestado, no se conocía de esa necesidad, pero en un acuerdo de cabildo logró que se autorizara la cantidad exacta de 993 millones, trescientos cincuenta y tres mil setecientos setenta y siete pesos, con 46 centavos.
Esto no tendría nada de malo si lograra presentar el soporte correspondiente, si se tratara de una emergencia, de una colonia inundada o cualquier otra incidencia que requiriera de la mano de obra de esas 200 personas.
Lo extraño del caso es que esa contratación y esa erogación se hacen, precisamente cuando se lleva a cabo el proceso interno del Partido Acción Nacional y necesita de suficientes operadores.
Es del dominio público la buena relación y afinidad que tiene el ex gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares, con uno de los candidatos a la dirigencia estatal de ese partido político, José de Jesús Mancha Alarcón y es por eso que con ese antecedente se llega a la conclusión de que muchos de esos elementos contratados tendrán su participación en ese proceso.
Para la pasada campaña de Miguel Ángel Yunes Márquez, a la gubernatura del estado, fue bien sabido que se utilizaron recursos humanos, materiales y financieros, tapados por quien debió hacer las auditorías más estrictas, pero se confiaron a que ganarían ese 2 de julio de 2018 y las deudas se fueron en grande.
Es decir, no es un modelo de comportamiento nuevo, saben de dónde pueden sacar esos apoyos y lo más seguro es que estén repitiendo la misma operación.
El auditor general del Estado, Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, podría cerrar su gestión con un buen cerrojazo, si se dedicara a hacer una profunda investigación de este caso y demostrar que sabe trabajar con transparencia.
Tal vez eso le serviría para ganar puntos en esa selección del nuevo titular del Orfis, todo es cuestión de actuar en consecuencia y demostrar que si se puede. Los periodistas que obtuvieron los documentos oficiales ya hicieron su parte, ahora la toca a Lorenzo Antonio hacer lo que le corresponde. Más claro ni el agua.